Lejos de las distribuciones en abierto que solemos ver en las casas de hoy en día, los pasillos largos constituyen una de las piezas más habituales en los edificios de construcción antigua.
Todo un reto a la hora de lograr una decoración acertada pero que, con unos sencillos trucos, puede volverse en un lugar original y práctico dentro de cualquier vivienda, por muchos años que esta tenga.
Sin olvidar la funcionalidad de cualquier pasillo, debemos respetar esta zona de paso a las distintas estancias de la casa librándola de objetos inútiles y susceptibles de caerse u obstaculizar el paso, como el caso de jarrones u otros detalles frágiles. En su lugar, podemos decantarnos por algún mueble funcional de fondo estrecho donde almacenar las zapatillas de estar por casa, útiles de trabajo para solucionar pequeñas averías o medicamentos comunes.
Como complemento podemos incluir un espejo alto que, además de conseguir una mayor iluminación de la zona, nos ayudará a percibirlo más ancho, en caso de ser un pasillo estrecho. Situada en la parte central, esta pequeña decoración también nos ayudará a acortar el pasillo, un efecto que también podemos conseguir colgando cuadros, fotografías o, en un estilo más modernos, vinilos decorativos.
El color es otro de los factores que más debemos cuidar a la hora de decorar un pasillo largo. El blanco en los techos nos ayudará a no alargar de más el camino, mientras que el color claro en las paredes armonizará la decoración del pasillo. Para acortar aún más de forma visual el pasillo, también podemos decantarnos por el uso de zócalos en las paredes, bien sean estos en pintura o papel. Junto a una iluminación adecuada, sin dejar zonas sin iluminar o en penumbra, esta solución puede ser una forma original y atrevida de conseguir una adecuada decoración en un pasillo largo para que tanto los invitados como la familia disfruten de esta inevitable zona de paso.
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